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DIBUJO DESANIMADO

 

Un paisaje de guerra:
al final
de la cosecha
del maíz,
poco quedó
para los pájaros:
ni una espiga, una ristra
de mazorca, tampoco,
al ras de alguna raíz.

Para sus picos hambrientos
restó el rastrojo seco,
los terrones
desterronados
por un viejo trillo,
el serrín amarillo
sobre la tierra
color ocre.

Quedó tan poco
para los pájaros,
que, a lo lejos,
los restos de sus tallos
parecen pequeños
espantapájaros
sin trabajo.

Espantapájaros
prisioneros, creo,
con los brazos abiertos
clavados en sus leños,
sin trofeos ni lamentos.


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