Cobra Norato, Raul Bopp,
Irmãos Ferraz, São Paulo, 1931.*
Reseñar un libro, vale; reseñar un poemario — pues no se trata de un lote de textos allegados sólo por el azar de la palindromática amazónica raza —, sólo a ratos: la insistencia de la re-seña, ya de por sí aquí retardada, retarda de entrada el valor prescribible de cualquier hipótesis de lectura. A ratos, pues, Cobra Norato, quintesencia de la poética antropofágica junto a Macunaímade Mario de Andrade (1928), escritura recién nacida, se come la cola: roza el mito, el tupido mito de la gran serpiente-río tupí-guaraní. La circulación de los capítulos de un itinerario iniciático, pero iniciático al paso (pues lo primero es lo primero: a farmacotecnia amorosa contra el mal de ojo, la enjundia del preparado, pouçanga de aprendiz y nieto de paghé [Gonçalves Dias, por caso],o payé según la tan fastástica como Real Academia de la Lengua Española [castellana] — que por demás no omite señalar que se trata de una «voz guaraní») —, insinúa desde ya una misturácea economía de lectura:
Um día
eu hei de morar nas terras do Sem-fim
Me misturo no ventre do mato mordendo raízes
Despois
faço puçanga de flor de tajá de lagoa
e mando a chamar a Cobra Norato
Remitir de buenas a primeras a una supuesta «economía de lectura», ahorrándole al eventual colector o colectora las precisiones e inversiones conceptuosas de rigor, bien pudiera ser tenido por francamente grotescoen un tiempo en que la poesía no se vende ni se compra y muy menos se distribuye, o casi. Pero aparte de que lo francamente grotesco, aunque raro (según Baudelaire: sólo Rabelais, y a ratos), se sostendría en un in/cierto comercio con lo absoluto y,por esa vía, en la insistencia del mito absoluto como absoluto del mito (literario: romántico como moderno, «Rimbaud» incluso), ocurre también que Cobra Noratoresiste por varios flancos la pretensión de una lectura presumidamente absuelta de toda economía, consumada, plena (plana). Traslape, traslucine o traducción sin ducción: uno de los flancos acaso donde más claramente opera tal falta de digestión (de sentido) sin resto. Otro (flanco): el mussangulá, estado o estancia de payé(«Estou de mussangulá»; cap. XXIII), y que Bopp define en sus Movimentos Modernistas do Brasil (1966) como una renuncia a aprehender íntegramente la cosa, el acontecer del sucediendo, estancia que — enfatiza — predispone a una experiencia «prelógica» y/o prediscursiva de mundo, «mágica» tal vez, asintomática hoy en cualquier caso.
Mais adiante uma pajelança
Onça chegou Saltou Entrou no corpo do Pajé
Pajé faz una benzedura de destorcer quebrantos
E depois fuma e defuma
Fumaça de mucurana
Una payelanza — más adelante
Onza llega Salta Entra en cuerpo del payé
Payé conjura planto y quebranto
Luego fuma y desfuma
Caletas de gaya gallá
Como onza o jaguar (también ésta, voz guaraní), tal economía de lectura en translucine y/o traslape, ya se ve, se salta algunas cosas; las pasa por alto o por dentro (intra-ducción), las devora — y no trae a cuento, sin ir más lejos, el lugar insigne del jaguar en la economía mítica amazónica como en Cobra Noratomismo («vamos pro lago Onça poiema», cap. XII). ¿Sería éste su salto antropofágico o, más precisamente aquí, logoversifágico? No hay que olvidar que las prácticas antropofágicas en los grupos tupíes fueran en extremo ritualizadas y económicamente dispendiosas, al punto que las propias víctimas no osaban sustraerse a tal integrador intercambio, como lo atestiguan de modo invariable las crónicas de portugueses y franceses de la primera conquista. Fernão Cardim llega a apuntar que ‘algunos andaban tan contentos porque van a ser comidos, que de ningún modo consentirían en ser rescatados’(Tratado da Terra e Gente do Brasil, fines del s. XVI, trad. mía). Con todo, Cobra Noratono consuma pues una escritura propiamente antropofágica; sólo a ratos y para nada en el sentido crecientemente programático que le imprimiera Oswald de Andrade desde fines de los años 20, esto es, el de la digestión (más o menos crítica) de una Alteridad (predominantemente europea) por un Mismo (predominantemente «nacional»). Montaje y/o collage de voces diversas ya sin parodia; singularización ya inidéntica(sin identificación predeterminable ni oposición Otro/Mismo tranquilizantes); ni lengua nacional (como mentara en su momento Mario de Andrade) ni muy menos esperántica, o cosmopolita e/o internacional (como soñara en su hora Vicente Huidobro, entre otros), sino tal vez, ésta, lengua quita, liberada de sí como de otras, entreabierta (nheengatú, precisa Bopp en el subtítulo), expuestas escrituras rizoforáceas, silvomigrantes pagos — tal serpenteante poemario como poema-río —, e incobrable, por incalculable, lengua afín.
COBRA NORATO
Raul Bopp
translucine
al castellano romance x andrés ajens
Capa de Flávio de Carvalho para Norato
COBRA NORATO
Nheengatú
de la orilla siniestra del Amazonas
I
Un día
he de morar en las tierras del a-
fín
voy andando caminando camin a n d o
mézclome en vientreselvas m a s c o r aíces
des-
pués
échome un preparado de flor de tayá de laguna
y a Cobra Norato mando a llamar
– quiero contarte una istoria.
– ¿pasearemos entre islas escotadas?
– haz cuenta que hay luna — recala su c l a r e a r
la noche llega muy queda
estrellas conversan en voz baja
luego juego a a-
tarle una cinta al cuello y a C-
obra estrangulo
ahora sí que sí
me deslizo en su piel de elást i c a seda
me largo a vagarrumbear
voy a e n t r e v e r a r a la reina L u c i l a
quiero coyuntarme con su filía
– y bueno, tenés que obturar o j o s primeramente
el sueño cuélase entre pesados párpados
un loderío sustrae fuerza al andar
II
parte la selva criptácea
la oscuridad oculta la arboleda
sapos bezudos espían en Loscuro
una franjarbórea ahora mismo es castigada
renovales acurrúcanse en lodazales
un hilo de agua tarda
lame la lama y parte
– nomás quiero es ver a la fija de la Φιλία…
ríos sofocados bebiéndose el camino hay
el agua escúrrese en el lodazal
hundiendo y hundiéndose EnfrentE
la arena conservó rastros de la filial
– ahora sí que sÍ
voy a ver a la hija de la reina — Luc i l a
antes pero haz de atravesar 7 puertas
ver 7 mújeres blancas de vientres despoblados
veladas por u n yacaré
– y si yo sólo quiero es a la hidefilía…
tenés Que hacerle sombra a la Fiera,
cahuín mironguero en Luna nueva
y beber tres gotas de sangre — 3
– si al menos fuesen de la trifolácea… upe kuñataî…
peuma meu ülcha domo kure nieaimi… me lucía
un bosque descomunal anda con insomnio
árboles bostezan de puro sueño
¡uy! ¡cuán seco la noche secó! es hora de par-
tir
se encogió el agua de los ríos —
me sumerjo irrumbo en honduras de selva
donde dormitan viejas grávidas plantas
– ¿dónde vas Cobra Norato? hay
3 jovencísimas arborecentes que te esperan
– non, non podo
vou dormir coa filiácea da Φιλία — hoxe
III
r á p i d o rápido prosigo hollo arenías
hierbapicota me arañó
tallos de talla enorme juegan a hundirse en el lodo
renovales ínfimos hacen pssst pssst
– dejen pasar que voy le j o s
tiriricas obstruyen el camino
ay Taitaselva
¿quién me echó este mal de o j o
y por el camino mi huella trastrocó?
ando ya con l o so j os marchitos
de tanto buscar a la susodicha…
envuélveme un resto nocturno
el terreno pierde fondo — un
charco de OmbligO me engulle
¿dónde ir-
é? — estoy ya que corto
las huinchas con los
mirongocahüines de la dicha…
IV
ésta, la del álito estragado pariendo culebras
es la florÉsta
pasan ríos flacuchentos compelidos al laburo
yérguese la correntada descascarando márgenes muermos
raíces desdentadas mastican fango
de una s o b e r a n a inundada
loderíos tragan aguas de un es════trecho paso
hiede
el viento mudó de lugar
un sssssilbido amedrenta a las ramas
un silencio se masgulló adelante
un trozo de madera se quiebra — crashshshH
cruza un rugido cruza la selva llegan
otras voces
el río se atasca ante un b
arranco
me espía un sapo resapo — huele
a gente por allí — ¿quién fuera?
V
he aquí la academia arbórea
(están estudiando geometría)
ciegas arboledas son de nacimiento: tienen que obedecer al río
condenadas a trabajar siemprequesiempre
han de producir hojas cubreselvas
— ayayayayay (somos e s c l a v a s del río)
atravieso matorrales tupi-
dos oigo 3
menudos gritos uyuyuy
quién me diera una mano, hermano
hay pájaros bajo la huasca disciplinaria
— si no hacen las tareas matas nomás fueran…
– y usté, ¿qué hace allá arribA?
– tengo que anunciar la entrada de la luna
cuando se alza en la transelva
– ¿y usté?
– tengo que despertar a las estrellas
en noches de mironguear
– ¿y usía?
tengo que dar el tiempo en lo hondo de la selvería
Tiug… Tiug… Tiug…
Tuí Tui t u í
VI
orillo un charco estanco
se descoyu n t a un viscoso plasma
anega empingorotados márgenes
penetro matorrales blandos
caigo en honduras
alarmadas fantamagóricas tumefactas
óyense pitos y flautas
y un ininterrumpido dalequedale de soldaduras
están aserrando arrasando la selva
parece que fabricaran tierra… ¡exacto!
Es lo que hacen
chírrian anchos estanques de lodo pacoema — ¿qué será?
viejopútridos andamios h a c en s i llas
ciénagas rehácense
un bosque apiñado desparrámase en el llano
corren voces en desorden Reclaman: ¡no puede ser!
– ¿es a mí…?
paso bajo arcadas frondosas ¿es de día?
perpreguntan incógnitas arbóreas
manchas de luz abren forados en las copas de los árboles
plantas comadres pasan la noche en vela tramando follajes
un vientito sopla hasta hacerle cosquillas a las ramas —
indescifrables escrituras descalibrara
VII
tengo a p u r o franqueo quilas tabocas
– ¿dónde estoy?
brotes camotes espíanme
finadas aguas esperan la hora de su putrefacción
escúrrome por un laberinto
con preñadas plantas fijas a lo oscuro
raíces hambrientas mastican
tierra
sucias carobas alzan sus faldas
como racimos de fango lloviznando
azaís zancudos
mueven lentas hojas en el aire
tal patas de araña caladas en un tallo
frío
miritís abren sus abanicos
un sapo solitáceo llama a la lluvia
en el fondo del
fondo: la selva traza una figura rápida
un trueno breve roncó: vOy
viene de lejos, viene
refunfuñando uno de voz áspera
abre un pedazo de cielo
caen ribazos en la oscuridad es
torn u d ando los árboles sueñan tormentas
sombras digieren inquietos horizontes
VIII
Cae la lluvia y cae
lavando la vegetación t
o
d
a
el viento sacude árboles frondosos (
con sus ramas al cielo) Menéase el bosque alto
nubes se amontonan
monstruos acurruca
dos
cubren
labiudos horizontes
palmeras sos cielo
tienen
inquiétanse las tiriricas
sacuriñas pías pían
la guariba, enfrente, hace mandas al transluciente
hay lagos que están que revientan
aguas rastreras agárranse a los t roncos
ruedan por tierra brotes secos
el lodazal se traga el vaivén de las plantas
arbóreas varadas piden auxilio
hervíboras de salud lo más bien gracias se abrazan
el cielo encubre la d e r r o t a
llueve… llueve… llueve…
… … …
… … …
… … …
… … …
… … …
… … …
… … …
… … ….
.. … …..
. …. ……
IX
uy qué perdido que ando
aterrado abatido en honduras del bosque
en
callara en un útero de fango — ai-
re mío pierdes a i r e
disemínase un tufo putrefacto
los mejillones están de fiesta en el fango
detrás de unos troncos atascados
oigo aullidos de un macaco flaco
pareciera que alguien viniera
en este anochecer sin fondo
– ¡ea! ¿quién va?
– soy el Tatú de poto reseco
– ah com-
padre Tatú qué bueno que esté viniendo
me gustaría que me dijera cómo salir de ésta …
– se asegure no meu rabo
Eu puxo…
X
quiero ahora un río nomás prestado
para bañarme
quiero dormir 3 días 3 noches
con el sueño del acutipurú — esp é r eme
luego le cuento u
n cuento
XI
despierto
la luna nace con ojeras
sufre el silencio en medioselva
ya se ubicaron las estrellas
se encogieron las aguas caudalosas
cansada la noche en seco se chantó
¡ay compadre!
tengo unas ganas no sabe de oír una música suave
que se me escurra por entre las venas
música con gusto a luna
y al cuerpo da filha da
Φ
que me haga otra vez oír
la chacharácea de los ríos
que por el camino traen quejas
y tipógrafas voces que vienen de lee e e e e e
j o s
con zurras de ayayayayay
pasé por la selva tupida
pasé por la casa de la Lombriz
dejé mi sombra a la Fiera íntima
y todo por la hidalguía
de la hidefilía
le eché preparado oloroso caleta
corteza de tiñorón
hierbas con hojas de trébol y raíz de murucá
y na ni na ni na…
ando con un bajón
que da no sabe un dolor
hasta en la sangre se me le mete — ¿qué será?
a
h compadre
no haga rrrrrrrrrrrruido
que la hidalga de la entre-
dicha acaso duerma todavía
¿dónde andará?
sólo quiero quiero y requiero
sus bañados ojos
su cuerpo de canarana esbelto
tal vez ande l e j o s . . .
y en eso me volví errabundo
todo por un enamoramiento
miento
fue por un amorcito, cito: da filha da rainha Luzia
uy non metan ρυιδο…
XII
la madrugada viene que viene a
g i t á n d ose por detrás de la selva
lorea: clarea
los cielos se desperezan
los horizontes se arremangan
en lo alto de un cumandá
canta un pajaráceo intraducto
— despiertan raíces soñolientas
hay riachuelos yendo de camino al aula
estudian geobiografías
árboles lavan hijatos en cuclillas
despeinados por la corriente
gaviotas auscultan cielo
llámanme horizontes verdepintos
– compadre
vamos al lago onzapuema —
tenemos que apurar el trote antes que asome la marea
baja
este río:
nuestra vía
¡ay! juncos piririchi
– reme más pa’este lao oiga cumpa
quiero dormir como un finao
sobre los juncos pirichí
voy a invitar a la noche
a que se quede por aquí
XIII
El sol
creció alegre y frutoalimentado
arborerías impacientes
maman luz diurna que se escurre entre las hojas
– ¡saquen las manos de ahí! ¡ni empujen!
el sexo del bosque grita: ¡sácienme!
ríos ocultos sin filiación conocida nadando mudan
entran selva adentro recriminándose
jalones de tierra des pren di d a
van a fijar estancia más adelante
en geografías en formación cada vez todavía
mamoranas orilleras sueñan con viajes
disuélvense en la corriente del río plásticas ciudades de paso
el sol tiñe el paisaje
nadan árboles de labios caídos
mo-
v i e n d o largos sus brote r í o s
XIV
mediodía de un demorado cielo
desgájase del bosque
el grito de un a rapap á
coagúlanse viscosos trechos de río
puestos a secar al mismerío
el loderío contráese
tal ovario exhausto
un flamenco solitario
se traga parte de un sile n c i o
lejos
tras un hilo de arrasada selva
estíranse puntos de vista —
el sol pellizca la piel
del lago
a la vera de las cañas bravas
duermen saurios blindados
– voy a refrescar el cuerpo con una zambullida
si me demoro mucho, me llama
el agua tiene la suavidad de las piernas de una muchacha querida
XV
cielo cielísimo
una garcilla voló y voló
creyó que el lago estaba arriba…
pesa un calor que ahoga duele la luz en los ojos, es-
pejea el sol
voces se difuminan
un pájaro solo retraza el paisaje sobresaliente
XVI
– ¿el mar queda lejos, compadre?
– queda;
son diez leguas de selva más diez leguas más y…
– ¡ vámosle !
está empezando a oscurecer
la tarde despliega su coloreada ala
matas de hierba membeca
dibujan sombras en trajinadas arenías largas
un inhambÚ se asusta
devuelve el eco sin respuesta el grito exhausto de un pichipichi
la luz solar se encoge de a poquito
– ¡voy a quedar con los ojos chalados de oscuro!
– ¡adiós marreca tocino!
– ¡adiós garza morena de laguna!
a
páganse los colores los horizontes
se hunden
e
n un naufrág
i
o lento varó la noche con
u n c a r g a m e n t o e s t e l a r dentro
XVII
caminando viene un bosque
– ¡ abran paso !
muévense raíces de atascadas piernas
aguas de guata llena y corazón contento
se tienden en los poceríos estancos
y un charco desdentado rumia lodo
¡ uy ! va pasando un riacho
huyendo de aguas huérfanas
¡ uy ! ¡ ay ! glugluglúg
a nadie dice nada —
si el sol apareciera me engullera
– a llamar lluvia pues, compadre
hay gritos ecos reflejos que se esconden
urgidos por falta de aire
jorobadas hambrientas arboledas masticando —— rájanse
entre ronquidos de vientres arrugándose
¡ calma ! compadre ¡ calma!
también yo estoy con hambre
– déjeme bombearle un poco la guata…
esta laguna tiene fiebre se hinchó detú-
v ose de repente
u
y
yo era una río soltero
venía tomándome el camino entero pero
la selva de golpe y raja
me atajó —
el útero me duele grita solita
perdida en el manglar
una sericuara cuara c a r a
XVIII
voy a echarme en esta estera
a escuchar el barullo en bordeselva
a sentir la noche habitada de estrEllas
quién sabe si alguna con sus hilos de plata
hubiera cateado su huElla
en honduras anónimas del bosque
disuélvense rumores ——— distantes
siento latir rítmicamente el pulso de la tierra
silencios corresponden…
XIX
desguañangado el mar
de horizontes elásticos
monorrefunfuñando pasó la noche (
blanca) volando
llegan olas agotadas de viajar tanto
descargando montañas
fragmentos marinos dilúyense en las playas
pareciera que el espacio selvático no tuviera fondo
– ¿de dónde será que saca tanta agua, compadre?
XX
comienza la marea alta
el mar se apronta a recibir medusas
con la luna en plena concomitancia
– cortemos pal lao de Balique
pa’ catear a la tronante pororoca
el manglar pide tierras prestadas
para construir terraplenes flacuchentos
luchan raíces hambrientas entre sí
agua de lodo prensada
resbala lentamente abajo
en el fango
irrumpen ciénagas de aninga en claros inundados
raíces a pata pelada húndense en los charcos
ramajes innúmeros subyugan el sendero
– rápido compadre
tenemos que llegar antes que la lunácea
la costa baja veraneó antes de tiempo
se estrechó el río se escurrió el agua
el viento royó los márgenes de labios rasgados
el manglar de cara fea
viene de lejos muy lejos
con gente
XXI
noche puntual
despuntó la luna llena — ronca la pororoca
viene cómo viene viniendo tal crecida ola
rodando y rodogirando a los tumbos con el agua
olas avanzan por horrorizados márgenes
un trozo de ma r mudó de lugar
coyúntanse islas menores bajo una ola bien gorda
arrasando con la vegetación — toda
el manglar se queda atrás
sosteniendo el cielo con las manos
flor
citas también se suman
asustada el agua
se abraza con la mata
estallan árboles derribados con las více r a s a b i e r t a s
la pororoca trae de vuelta
la tierra migrante que huyó de casa
arrastrada por las aguas
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