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Para decir Uruguay y otros poemas

Tengo para  escribir cuatro poemas
todos al mismo tiempo, material
hay de sobra, puedo escribir más si quiero
pero alcanzaría con cuatro: tomo aire
y meto unas palabras en el primero,
paro con ése y sigo así hasta el cuarto
hasta que llego a una cantidad suficiente
de palabras en cada uno y termino,
no sé cómo pero termino más o menos a tiempo
para dar una vuelta y decirme: tengo cuatro poemas,
todos en un rato, y así día por día llego
a ciento veinte poemas por mes y a mil
cuatrocientos cuarenta por año, lo cual
está bien. Novelas
serían un poco menos.

Enero 2009

* * * * *

para decir Uruguay se dice
“Uruguay”. Uruguayos se dice
“uruguayos”.
una pausa, una respiración,
un momento de duda: es
“Uruguay”, “uruguayos”?
¿Realmente así?
se siente una angustia
durante el revoloteo de pájaros.
la esencia del Uruguay gotea
como un pensamiento simple entre las piedras.
el sonido selvático se desvanece
en la “u” prolongada
entre los límites que marca la maestra,
señalando con la tiza. ni ella
lo nombra: eso chiquito, “aquí”,
“este país”, “territorio”,
“en términos culturales”. por consideración
o pudor o miedo de tocar, las comillas
llevan el cuerpo a la distancia. ¿Es eso?

Julio 2009

* * * * *

Las ideas luminosas, los planes, los gustos que ahora sí, desde hace tiempo. Ésta es la escena  donde me acomodo,  me conmuevo cada tanto con un giro de la conversación en que se habla de las circunstancias de la vida. En eso estoy, justo aquí, a cualquier hora, el paisaje se ve en el acto, como un poema que se compone así: el lugar donde están las cosas es  la tradición personal, de eso me acuerdo, todo en un punto. Una película es la prueba, evidente, de que las cosas son así,  aquí estoy, escuchando el ruido de  mi pensamiento como una lluvia continua, sin detenerme más que para darme vuelta en la cama para ver cómo son los acontecimientos. Lo casual es inevitable, el amor revela todo lo que no sabe, lo que sale de una frase que leí, y vuelve, al salir del cuarto, a la luz, como una teoría del sentimiento, con este o aquel evento marcados mientras me pongo a acomodar un libro, mientras considero la belleza natural del recorrido hasta aquí, la composición del cuadro: yo dije, ella dijo.  el gesto se celebra solo, con la voz a un nivel más alto que el habitual y  se mantiene a la misma altura, en el presente de la respiración, leve, horizontal, sin hacer nada

Julio 2009

* * * * *

durante
durante las primeras horas del día
durante las segundas horas del día
durante las últimas horas del día

como un caballo en su propia duración
por encima de los hechos del campo
a velocidad constante en el pasaje de la luz
a la noche durante

así el sentido  por el cuerpo
durante las cosas del día
brilla
y aparece el silencio de la acción

así toda la vida  el corazón
pone sobre la mesa  la palabra tiempo
en la corriente blanca de las letras
todas las historias durante

Noviembre 2009


 Sobre Roberto Appratto

Nació en Montevideo, Uruguay, en 1950. Es profesor de Literatura y de Teoría Literaria. Coordina Talleres de escritura desde 1990. Ha sido incluido en la antología “Piedras Pulidas”. Sobre la poesía de Appratto, Eduardo Milán ha escrito en el prólogo de esta antología : “Appratto proviene de la tradición poética latinoamericana que se vincula inmediatamente con la antipoesía por la autorreflexión sistemática: toda línea escrita merece ser cuestionada en la medida en que el poema y, más aún, el hacer poesía es un acto bajo apercibimiento. Su poesía sobrevive de ese coloquialismo como alimento dinamizador que intima con el lector prevenido. Esto es importante: sólo la prevención del lector ubica el poema de Appratto en la encrucijada de una forma de hacer que, si bien no oculta su fundamento lírico profundo -en el que finalmente confía- no deja de ponerlo en permanente entredicho”.