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EL CAMP NOU O ¿POR QUÉ SE CALLAN LOS ESCRITORES CATALANES?

Llegué a Barcelona el día 7 de octubre, procedente del “estelionato París”, y uno de los lugares que programé para conocer fue el Camp Nou. En una tarde soleada tomé el metro y fui a realizar “un sueño”, porque en Brasil es “vendido” como un estadio, para usar el cliché, de “primer mundo”. ¡Glamour y estrellas! Aunque los trenes son excelentes, las estaciones del metro se encuentran distantes unas de otras, y demoré para llegar. El Barcelona representa lo que se llama de “nuevo catalanismo”, o sea, la fuerza del separatismo de Cataluña con respecto a España. El otro club de la ciudad se llama Español, que cambió su nombre a la fuerza por Espanyol, y fue obligado a ceder su estadio, el Sarriá, donde Brasil fue eliminado por Italia en la Copa del Mundo de 1982, para la construcción de condominios de lujo. En uno de ellos residió João Cabral de Melo Neto en los años 1960, durante su segunda estancia en Barcelona. Su primer viaje, de 1947 a 1951, fue fundamental. Allí imprimió el primer libro de Joan Brossa, estrechó vínculos con Miró, se convirtió en una especie de mentor intelectual de Tapiès, y gracias a sus inmunidades diplomáticas, su casa, en la calle Muntaner, se transformó en sede de la resistencia al franquismo y en punto de encuentro de varios artistas, entre ellos el propio Miró, como me ha relatado su hija Inez Cabral de Melo: “Hola, Régis. Sobre Barcelona, cuando nací, él, João Cabral, nosotros, vivíamos en la calle Muntaner. Estuvimos allá de 1947 a 1951. La segunda vez residimos en un condominio moderno, en Pedrallbes. Yo tenía diecinueve años y salía con los amigos de mi padre, excepto con Miró. Como cualquier adolescente, mi asunto era Rolling Stones, Beatles, Bob Dylan, ¡abajo Franco!. No leía a João Cabral, leía a Prévert y a Rimbaud, autores que él me dio a conocer”. O sea, hasta en su segunda estancia en Barcelona, Cabral estimulaba la lucha contra Franco.

Nacionalismo y separatismo catalán. Me acordé de Norberto Bobbio, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino, y del consistente diccionario de política, de 1.300 páginas, que ellos editaron. Recordé vagamente la definición de nacionalismo lanzada allí y, después de la visita, la busqué en internet:

El principio democrático y el principio nacional, de hecho, se fueron afirmando contemporáneamente en Europa durante la Revolución Francesa. Sin embargo, es necesario distinguir claramente los respectivos objetivos. Mientras que el valor perseguido por el principio democrático es el de la igualdad política, el objetivo del principio nacional es el de colocar al Estado en manos del pueblo.

Bobbio y sus colaboradores afirman además: “[…] el término nacionalismo designa a la ideología nacional, la ideología de determinado grupo político, el Estado nacional, que se sobrepone a las ideologías de los partidos, absorbiéndolas en perspectiva”.

Hoy, Cataluña es dirigida por la Esquerra Republicana y Convergencia Democrática (centro), en coalición con otros pequeños partidos de izquierda, que decidieron abrir fuego contra Madrid por medio de una política lingüística, que obliga a todos a aprender el catalán. Esto llega al punto de que los empresarios sean obligados realizar sus negocios con el Gobierno en catalán. Es la llamada “inmersión lingüística”, que usurpa ochenta millones de euros del presupuesto gubernamental, y cooptó a casi todos los escritores catalanes, que reciben cargos y buenos salarios del Gobierno. A través de Rolando Sánchez Mejías, Rolo, cuando de noche paseábamos por El Ravall, supe que la poeta Susana Raffart realizó una lectura en homenaje al aniversario del poeta Joan Maragall (nacido el 10 de octubre de 1860), autor de “Oda a España”, un poema separatista, frente a su tumba. ¡Vaya sometimiento! Y morbosidad. A pesar de que los catalanes quieren más autonomía, la mayor parte de ellos quiere seguir siendo española. Sin España, Cataluña sería una especie de Portugal – un paisito más de Europa, lo que interesa a los Estados Unidos que, hace poco, “comprarón” a Guinea Bissau, colonia portuguesa hasta 1975, para instalar allí un sistema de radares que controla todo el océano Atlántico.

Pagué dieciséis euros y entré en el Camp Nou. Su césped es menor que el del Palestra Italia y el estadio en sí es mucho peor que el Morumbi, y mucho más feo que el Pacaembu. Varios escalones de las gradas fueron construidos unos sobre otros sin planeamiento, y el estadio está repleto de anuncios. Me sentí como en un supermercado hitleriano. Decepcionado inclusive con la tienda, sucia y carísima, fui a merendar en Pan & Company, todavía dentro del estadio.

El separatismo catalán es como el Barcelona: puro marketing. Existe un folleto sobre Cataluña que es distribuido a los visitantes del estadio, y su dístico lo resume todo: “La fuerza de la identidad”, porque el Gobierno catalán sustituyó el enfrentamiento de la realidad por la “lucha” por la identidad, según él, robada por Madrid, y gobierna para un 10% de la población, que se pretende libertada del “colonialismo” español, bajo el argumento de la masacre a la lengua catalana. Lo espantoso es que casi todos los escritores se han dejado cooptar por el Gobierno. Diferente de Brasil, donde los políticos representan intereses económicos, corrupta y perversamente, en Cataluña los empresarios están divorciados de los políticos. Lean lo siguiente: “Los empresarios catalanes, que tradicionalmente han liderado la industrialización de España, despiertan ante una nueva realidad. No sólo las infraestructuras que fallan en cadena, y que han elevado el tono como nunca a las patronales catalanas contra la insuficiente inversión del Estado en Cataluña”. En el propio diario El País, del 18 de noviembre, que leía en el avión de regreso a Brasil, los empresarios pedían el fin de la cultura del “en poco a poco y con buena letra”, para reivindicar apoyos a la Generalitat para fusiones, innovaciones, socios extranjeros, agresividad, internacionalización etc.

El Barcelona representa fielmente el separatismo catalán de José Montilla, presidente de la Generalitat, o sea, el elenco está formado básicamente por extranjeros como Ronaldinho, Eto’o, Messi, Henry: un separatismo de fachada, de marketing, un separatismo medieval, que de ese modo ignora la realidad pobre de la Gran Barcelona, con 4,5 millones de habitantes y 33 municipios, carentes de más transportes, apoyo social etc. La Barcelona de los turistas se resume a una docena de Ramblas globalizadas; además de la Plaza de Cataluña, el Passeig de Gràcia, Mare Magnum, Villa Olímpica, Monjuic, donde está el Museo Miró etc. Y, en ellas, poco a poco, la arquitectura para los residentes locales, como observa la arquitecta fluminense Ester Limonad, va cediendo espacio a una arquitectura for export, lado a lado con las viejas edificaciones, varias de ellas mal preservadas. El símbolo de esa mentalidad separatista medieval posmoderna es, para mí, la Torre Agbar, del arquitecto francés Jean Nouvell. Un edificio en forma de cohete, obviamente americanizado, ¡en plena ciudad de Gaudí y Miró! El edificio es tan abstracto como la “política de identidad” adoptada por Montilla. Anota Limonad: “La ciudad ya no es pensada para el uso de sus habitantes, sino para el consumo global, y tales prácticas la transforman en un patchwork, donde lo nuevo se superpone y se adhiere a lo antiguo, destruyendo la historia de los lugares”. Barcelona tiene aún, uno de los patrimonios históricos más ricos de Europa. Y, curioso, se pueden ver ropas secándose en las tendederas de los barrios elegantes de la ciudad, a pesar de todo.

La Porta, el presidente del Barcelona, contrató al arquitecto Norman Foster para reformar el Camp Nou (Campo Nuevo), que data de 1957. Foster quiere que el estadio tenga “una segunda piel inspirada en los trencadís del Park Guell, de Gaudí”, con estallido de colores, en este caso, azul y granate. Dice La Porta: “[…] de la misma forma que el Camp Nou fue una joya arquitectónica que se avanzó a su tiempo, ahora, se proyecta hacia el futuro”.

¿Cuál será el futuro de la lengua catalana con escritores tan cooptados y sometidos como Susana Raffart, Joan Navarro, Gemma Gorga, Enric Sòria, que se niegan al debate público y a discutir, por ejemplo, la “Carta no nacionalista”, de Mejías y Sibila?1

¿Cómo la lengua catalana se “proyectará al futuro”? Hasta hace poco, el mayor prosador catalán vivo fue el chileno Roberto Bolaño (1955-2003), y ahora es Jonathan Littell, un newyorkino nacido en 1967. Tal vez los mejores poetas de Cataluña sean los cubanos Rolando Sánchez Mejías y Pedro Marqués de Armas. De nada vale enviar a 101 escritores mediocres y sumisos a la Feria de Frankfurt, otra muestra de las prioridades nazi-identitarias de Montilla. (¡Recuérdese que cuando la India fue homenajeada envió a 31 autores!). Hay algunos poetas barceloneses que debemos eximir, como Iván Humanes Bespín, que entendió que el siglo xxi debe ser el siglo de la pluralidad y la tolerancia, de la riqueza de la convivencia entre lenguas y nacionalidades, y no de retrocesos medievales marketeros, como el de la elite política catalana, que no admite el castellano, a los inmigrantes, el diálogo etc.; con su nacionalismo peligroso – verdadera arma de destrucción de las masas catalanas. No se comprende a España sin el vasco, el catalán, el gallego o el español. Una lengua oficializada no vive, sobrevive a costa de mejores condiciones de vida de los propios catalanes. Retomando a Bobbio, el Estado catalán (Generalitat) ya no se encuentra en manos del pueblo, así como el Brasil de Lula da Silva (el mayor fraude de la historia reciente del país) o la Venezuela del “Leoncito de Castro” Hugo Chávez. Al menos, una buena parte de los escritores brasileños y venezolanos no se dejan cooptar.

 

1: Cf. “Carta no nacionalista”, en Sibila, <http://sibila.com.br>.

 

REPERCUSSÃO

Si us plau,

Deixa d’enviar-me la teva merda anticatalanista i antirevolucionària. Em fa fàstic.

Carles Rebassa

 

A això jo li dic “caure baix” i “tergiversació”.

PAMFLET IGNORANT = MERDA

Salut.

Carles Rebassa

 

Régis, obrigado pelo envio de seu ótimo texto. Forte abraço,
João Almino

 

Curioso: merda é a mesma em catalão e em português. Mesma a grafia, mesmos os significados. Quanto à desqualificação preguiçosa e feroz do seu ensaio digo que certas ideologias, como o nacionalimo agressivo, julgam-se carregadoras puras e duras da verdade, e, então, reagem na base do “quem não está comigo, está contra mim” e contra a verdade. Portanto, não merecem o debate, mas o embate. “São a cova da razão e da convivênia civilizada”.

Luis Dolhnikoff

 

Benqueridos:

“Unha vella dixo a outra / polo burato da porta: “Tu goberna a túa vida, que a miña nada che importa”.

É a derradeira vez que penso intervir nestas míseras exposicións sobre o problema da lingua e cultura catalá; sen sentirme especialmente próximo ao catalanismo, as súas expresións, benquerido Bonvicino, sóanme moi mal: son irrespectuosas, ofensivas… e todo isto sen necesidade. Aplíquese o conto da vella e do que lle di á comadre polo burato da fechadura da porta. Non se meta onde non o chaman: “a onde non os chaman, van o cans e levan pedradas”, di un refrán de noso. Que lle importa a vostede se algúns preferimos pertencer a un país pequeniño coma Portugal a estarmos engulidos coma Xonás no bandullo dun cetáceo? Alá se entendan  cos neocons do sr. Bush os que prefiren ser rabo de león a cabeza de ratiño. Despois de ofender, non se admire de que non o teñan en conta ou o ofendan á súa vez con palabras máis gordas, se quere, e non por iso máis malignas.

Aínda así, saúde e ben!  Xesús Portas Ferro

 

¿Por qué llena mi cuenta de correos con los comentarios de nazis catalanes y gallegos como ese Carles mierdoso y el sujeto de la Xunta que cita refranes de viejas y aspira a ser cabeza de rata? Por favor sáqueme de su cuenta, o sáquelos a ellos. Gracias. Ignacio Vidal-Folch

 

Estimado Régis Bonvicino:

Desde mi absoluto respeto por la libertad de opinión y expresión y desde mi admiración por su obra poética quiero manifestarle mi desacuerdo y esagrado
más profundos (también protegidos por la libertad de opinión y expresión) por
las opiniones sobre la situación en Cataluña que vienen apareciendo en Sibila.
Por ello le ruego que elimine mi nombre de su lista de distribución.

Atentamente,

Elena Losada Soler
Universitat de Barcelona
FILOLOGIES GALLEGA I PORTUGUESA http://www.ub.edu/filgalport
CENTRE DONA I LITERATURA http://www.ub.edu/cdona

 

Antes de decidirse a abordar con ánimo tan combativo a complexa cuestión da perspectiva nacional e nacionalista de Catalunya (semellante a de Galiza e Euskadi), conviña informarse e non repetir os tópicos da ultradereita españolista, esa si ao servizo dos intereses do capitalismo USA. Aconséllolle que se informe mellor.

Atentamente
Xosé María Álvarez Cáccamo

Resposta de Régis Bonvicino: Caríssimo Xosé Maria, apóio o fortalecimento do catalão, do euskera e do galego, este um idioma mais do que irmão do português. No entanto, não creio que a fragmentação da Espanha seja uma boa estratégia geopolítica. Somente países de médio e grande porte, com exceção dos escandinavos e da Holanda, têm condições de enfrentar e afrontar o poderio dos EUA. Galiza autônoma é tudo que os EUA querem. Creio que ser de esquerda é desejar Espanha unida e  plurilingüística, uma riqueza! Abomino Aznar e a extrema direita espanhola. Em português, Aznar lembra a palavra “asno”, bem lembrado, diga-se. Abomino Bush. Torço pela eleição de Barack Obama! E, por fim, quero lhe dizer que há um “capitalismo espanhol” (Zapatero), que explora a América Latina, como, aliás, os “espanhóis” fizeram desde o descobrimento. O ouro das coroas seguiram do México, do Perú etc, onde os galegos, catalães, vascos e espanhóis praticaram o maior genocídio da história com os maias, os aztescas e tantos outros e outras civilizações avançadíssimas.

 

A vontade dos pobos está por riba das estratexias xeopolíticas. É secular a vontade dunha parte importante dos pobos galego, basco e catalán de organizarse dun xeito diferente a respeito do estado español, quer desde un sistema federal ou confederal, quer como entidades nacionais independentes. A esquerda non pode negar o dereito á autodeterminación dos pobos. E ninguén pode furtar aos cidadáns a súa propia conciencia nacional. Somos moitos os galegos, bascos e cataláns que non nos consideramos españois. Esta conciencia colectiva non é produto do capricho, senón da historia: España e só un construto político recente, consecuencia da colonización, a mesma que exerceu a coroa española en Latinoamérica.

Obviamente: a defensa do capitalismo salvaxe e a prática da explotación de outros territorios por parte do estado, non é exclusiva da ultradereita. A explotación de América Latina por parte de España constitúe un rumbo invariábel de todos os gobernos. Cando falo de esquerda non me refiro aos socialdemócratas centralistas representados polo PSOE, senón a un proxecto, a unha perspectiva ideolóxica e moral que, algunhas veces ao longo da historia, ten conseguido realizar parte do seu soño. Algúns confiamos aínda na posibilidade de que os ideais de igualdade, liberdade e fraternidade se materialicen na Terra.

A miña referencia á ultradereita española servía para caracterizar o discurso de Vde, , rancio e desviado cara ao modelo ideolóxico da España “Una, Grande e Libre” do franquismo, incapaz  de deterse na análise das diferencias, das singularidades, que non se reducen á aceptación e apoio ao fortalecimento das linguas propias de Galiza, Euskadi e Catalunya. A súa apoloxía da España unida dialoga de xeito natural coa súa predisposición a asumir, sen análise, todos os tópicos e falsidades que de maneira especialmente combativa se difunden desde as plataformas da ultradereita española en relación coa realidade lingüística e cultural de Catalunya.

Sobre o seu desprezo dos paisiños pequenos como Portugal, ¿que quere que lle diga? ¿Algún vello rencor herdado da colonización ? Non será Vde. nacionalista brasileiro disposto a enfatizar tamén a súa diferencia en relación coa cultura portuguesa dos colonizadores. ¿Vale aceptar a distancia que moitos brasileiros queren marcar con Portugal e non a que galegos, bascos e cataláns pretendemos sinalar en relación con España? ¿É só cuestión de distancia física?

En fin… como Vde, pode comprobar, o asunto este dos nacionalismos non se pode despachar coa irresponsábel lixeireza con que o fai Vde. Sen pretendelo, alinéase Vostede  no rumbo de regreso á caverna por onde nos queren conducir as forzas máis reaccionarias do espectro ideolóxico español.

Xosé María Álvarez Cáccamo

Resposta de Régis Bonvicino: O General Franco nasceu em Galiza e não no Brasil! Em Cataluña, 90% da população — o povo — quer seguir com Espanha. A elite catalã, que se diz de “esquerda”, é quem usa a idéia de separatismo, para chantagear Madri. Mas, de fato, todos os povos têm direito à autodeterminação. E Madri não é “santa”, como não são “santos” os vascos etarras (com sua luta armada), os galegos,  etc. Se querem separar-se, que se separem! Se preferem a autodeterminação à geopolítica rica, que assim seja! Franco era intolerante. São os nacionais-separatistas que seguem seu modelo de intolerância. Falo em um país (Espanha) civilizado, democrático, contemporâneo e plural, lingüística e culturalmente. Os separatismos estão na contramão do conceito de União Européia, negam-o, na prática. Quanto à Portugal, estou de acordo com o comunista José Saramago: deveria unir-se à Espanha, numa nova Federação chamada Ibéria, com uma nova capital (nem Madri, nem Lisboa), porque está paupérrimo, sem perspectivas econômicas para os jovens. O momento é de convergência e não de divergência. A convergência enriquece sob todos os pontos de vista e dissipa ranços “históricos”.  Há tantos portugueses residindo no Brasil, que a “idéia” de distância, entre brasileiros e portugueses,  é abstrata demais para nós. Na cidade do Rio de Janeiro, o clube de futebol com a  segunda maior torcida é o Vasco da Gama, de origem lusa e dirigido exclusivamente pelo seus descendentes. Em São Paulo, há muitos galegos, que, aliás, são queridos pelos brasileiros, que os acolheram, quando expulsos de Galiza por Franco. Eu mesmo tenho origem em Pontevedra: Régis RODRIGUES CARRERA Bonvicino. Além disso, ainda em São Paulo, há a gloriosa Portuguesa de Desportos, querida por todas as outras torcidas, que, agora, elevou-se de novo para a primeira divisão do campeonato brasileiro. Você insiste em dizer que assumo as plataformas de extrema direita espanhola quando as desprezo. Quando desprezo Franco, um homem que assassinou milhões de pessoas, entre elas, Federico Garcia Lorca, autor dos maravilhosos Seis poemas galegos. Quer me desqualificar, porque contrario seu desejo “separatista”. Não há “rancor” contra Portugal e tampouco franquismo no meu texto e muito menos anti-separtismo. Creio que haja apenas realismo. Falar em Franco hoje parece-me nostalgia, como se na vitrola tocasse ainda um velho LP riscado, que impede a música de fluir. Na verdade, um “bom” pretexto para não se olhar para o presente e para o futuro!  Abraço fraterno. Régis

 

Olá Régis,

Em relação ao seu ensaio sobre os escritores catalães, fiquei muito mobilizado com a descrição do Camp Nou, um sonho que se torna um pesadelo em forma de “supermercado hitleriano”. O separatismo da Cataluña é um desrespeito a toda idéia de singuralidade do homem. A “imersão lingüística” é um retrocesso. Uma língua só é preservada em contato com outras línguas. A fantasia nacionalista da língua única e soberana nos leva ao campo do horror ariano. O escritor catalão deveria fazer a sua língua circular entre as outras línguas, e não tentar impô-la com intolerância e arrogância.

Desejando preservar a língua catalã, esses escritores nacionalistas perderam a medida. No final desta luta delirante, o que poderá ocorrer? E há ainda o simbolismo fálico da Torre Agbar que, não só aponta, como você disse em seu texto “O CAMP NOU OU POR QUE SE CALAM OS ESCRITORES CATALÃES?”, o simbolo da “mentalidade separatista medieval- pós-moderna”, mas também porta o falicismo desta procura de uma língua única.

Que lástima tudo isto!

Um grande abraço,
Zé Eduardo

 

ME GUSTÓ LA REVISTA , COINCIDO CON LA OPINIÓN DE TU EXPERIENCIA EN BARCELONA YO HE HESTADO TRATANDO CON EL INSTITUT RAMON LLULL CON FINES DE DIFUNDIR LA POESIA DE CATALUÑA PERO VISTA POR ARGENTINOS Y QUE ELLOS Y TAMBIÉN NOS MIRARAN A NOSOTROS Y NO HE CONSEGUIDO NADA. SOLAMENTE QUE ME ENVIÉN POETAS BIEN TRAJEADOS Y HABLAR DEL MAGNÍFICO CATALÁN.

TENGO QUE DECIRTE QUE ALLÍ , EN ESA CATALUÑA PROFUNDA VIVIERON MIS ABUELOS Y MI PADRE Y MURIERON CASI TODOS MIS PARIENTES COMBATIENDO EN LA GUERRA CIVIL.

PERO YA NO ES LO MISMO AHORA SOLAMENTE EXISTE UN IDEAL CUASIFASCISTA AL QUE ELLOS LLAMAN CATALANISMO PERO COMO TODOS LOS ISMOS ES UNA CARENCIA DE IDENTID EN EL PROFUNDO SENTIDO MI APELLIDO ES JUSTAMENTE BERENGUER IMAGINATE LOS CONDES DE BARCELONA  PERO YO SOY DE ACÁ DEL SUR Y NO TENGO INTERÉS DE SER UN CATALÁN EN EL EXILIO. SOY ARGENTINO PORQUE MIS CIRCUNSTANCIAS ESTÁN ACÁ.

SALUDOS HÉCTOR BERENGUER

 

 

O CAMP NOU OU POR QUE SE CALAM OS ESCRITORES CATALÃES?

Régis Bonvicino

Cheguei a Barcelona no dia 7 de outubro, vindo do “estelionato Paris”, e um dos lugares que programei para conhecer foi oCamp Nou, do Barcelona. Numa tarde ensolarada, peguei o metrô e fui realizar “um sonho”, porque, daqui do Brasil, ele é “vendido” como um estádio, para usar o clichê, de “primeiro mundo”. Glamour e estrelas! As estações de metrô, embora os trens sejam excelentes, são distantes umas das outras e demorei para chegar lá. O Barcelona representa o que se chama de “novo catalanismo”, ou seja, a força do separatismo da Catalunha de Espanha. O outro clube da cidade chama-se Español, que, à força, mudou seu nome para Espanyol, e foi obrigado a ceder seu estádio, o Sarriá, onde o Brasil foi eliminado pela Itália na Copa do Mundo de 1982, para a construção de condomínios de luxo. Num deles, residiu João Cabral de Melo Neto nos anos 1960, quando de sua segunda passagem por Barcelona. Sua primeira passagem, de 1947 a 1951, foi fundamental. Nela imprimiu o primeiro livro de Joan Brossa, estreitou-se com Miró, tornou-se uma espécie de mentor intelectual de Tàpies e, sua casa, na calle Muntaner, graças a suas imunidades diplomáticas, transformou-se em sede da resistência ao franquismo e ponto de encontro de vários artistas, entre eles o mesmo Miró, como relata-me sua filha Inez Cabral de Melo: “Oi, Régis, quanto à Barcelona, quando nasci, ele, João Cabral, nós, morávamos na calle Muntaner. Ficamos lá de 1947 a 1951. Da segunda vez, moramos num condomínio moderno, em Pedrallbes. Eu tinha dezenove anos e fazia programas com os amigos de meu pai, exceto o Miró. Como qualquer adolescente, meu papo era sobre Rolling Stones, Beatles, Bob Dylan, abaixo Franco!. Eu não lia João Cabral, lia Prévert e Rimbaud, autores aos quais ele me introduzira”. Ou seja, até em sua segunda estada, Cabral estimulava a luta contra Franco.

Nacionalismo e separatismo catalão. Lembrei-me de Norberto Bobbio, Nicola Matteucci e Gianfranco Pasquino e do consistente dicionário de política, de 1.300 páginas, que editaram. Lembrei-me, vagamente, da definição de nacionalismo lançada por eles e fui, depois da visita, buscá-la na internet:

O princípio democrático e o princípio nacional, de fato, foram se afirmando contemporaneamente, na Europa, durante a Revolução Francesa. É necessário, porém, distinguir claramente os respectivos objetivos. Enquanto o valor perseguido pelo princípio democrático é o da igualdade política, o objetivo do princípio nacional é colocar o Estado nas mãos do povo.

Bobbio e seus parceiros acrescentam: “o termo nacionalismo designa a ideologia nacional, a ideologia de determinado grupo político, o Estado nacional, que se sobrepõe às ideologias dos partidos, absorvendo-as em perspectiva”.

Hoje, a Catalunha é dirigida pela Esquerra Republicana y Convergencia Democrática (centro), em coalizão com outros pequenos partidos de esquerda, que decidiram abrir fogo contra Madri por meio de uma política lingüística, que obriga a todos a aprender o catalão. A coisa chega ao ponto de os empresários serem obrigados a fazer negócios com o Governo em catalão. É a chamada “imersão lingüística”, que usurpa oitenta milhões de euros do orçamento governamental e cooptou quase todos os escritores catalães, que recebem cargos e bons salários do Governo. Soube, por Rolando Sánchez Mejías, o Rolo, quando passeávamos à noite por El Ravall, que a poeta Susana Raffart fez uma leitura em homenagem ao aniversário do poeta Joan Maragall (nascido em 10 de outubro de 1860), autor de “Oda a España”, um poema separatista, diante de seu túmulo. Haja submissão! E morbidez. Apesar de os catalães quererem mais autonomia, a maior parte deles quer seguir espanhola. Catalunha sem Espanha seria uma espécie de Portugal – mais um pequeno país da Europa, o que interessa aos Estados Unidos, que, há pouco, “compraram” a Guiné Bissau, colônia lusa até 1975, para lá instalar todo um sistema de radares que controla todo o oceano Atlântico.

Paguei dezesseis euros e entrei no Camp Nou. Seu gramado é menor do que o do Palestra Itália e o estádio em si é muito pior do que o Morumbi e muito mais feio do que o Pacaembu. Vários lances de arquibancada foram construídos uns sobre os outros sem planejamento e o estádio está repleto de anúncios. Senti-me num supermercado hitleriano. Decepcionado, inclusive, com a loja, suja e caríssima, fui tomar um lanche em Pan & Company, ainda dentro do estádio.

O separatismo catalão é como o Barcelona: puro marketing. Há um caderno sobre a Catalunha distribuído aos visitantes do estádio e seu dístico resume tudo: “La fuerza de la identidad”, porque o Governo catalão substituiu o enfrentamento da realidade pela “luta” pela identidade, segundo ele, roubada por Madrid, e governa para uns 10% da população, que se pretendem libertos do “colonialismo” espanhol, sob o argumento do massacre à língua catalã. O espantoso é que, quase todos os escritores, deixaram-se cooptar pelo Governo. Diferentemente do Brasil, onde os políticos representam interesses econômicos, corrupta e perversamente, na Catalunha os empresários estão divorciados dos políticos. Leiam o seguinte: “Los empresarios catalanes, que tradicionalmente han liderado la industrialización de España, despiertan ante una nueva realidad. No sólo las infraestructuras que fallan en cadena, y que han elevado el tono como nunca a las patronales catalanas contra la insuficiente inversión del Estado en Cataluña”. No mesmo El País, de 18 de novembro, que lia no avião, retornando ao Brasil, os empresários pediam o fim da cultura do “en poco a poco y con buena letra”, para reivindicar apoios à Generalitat para fusões, inovações, sócios estrangeiros, agressividade, internacionalização etc.

O Barcelona representa fielmente o separatismo catalão de José Montilla, presidente da Generalitat, ou seja, o elenco é formado basicamente por estrangeiros como Ronaldinho, Eto’o, Messi, Henry: um separatismo de fachada, de marketing, um separatismo medieval, que, com isso, ignora a realidade pobre da Grande Barcelona, de 4,5 milhões de habitantes e 33 municípios, carentes de mais transportes, apoio social etc. A Barcelona dos turistas se resume a uma dúzia de Ramblas, globalizadas, e mais a praça de Catalunha, o Passeig de Gràcia, Mare Magnum, Vila Olímpica, Monjuic, onde está o Museu Miró etc. E, nelas, pouco a pouco, a arquitetura para o morador local, como observa a arquiteta fluminense Ester Limonad, vai cedendo espaço à uma arquitetura for export, lado a lado com as velhas edificações, várias delas mal preservadas. O símbolo dessa mentalidade separatista medieval-pós-moderna é, para mim, a Torre Agbar, do arquiteto francês Jean Nouvell. Um edifício em forma de  foguete, obviamente americanizado, em plena cidade de Gaudí e Miró! O edifício é tão abstrato quanto a “política de identidade” adotada por Montilla. Anota Limonad: “A cidade não é mais pensada para o uso de seus habitantes, mas para o consumo global, e tais práticas transformaram-na em um patchwork, onde o novo se superpõe e cola-se ao antigo, destruindo a história dos lugares”. Barcelona ainda tem um dos mais ricos patrimônios históricos da Europa. E, curioso, podem-se ver roupas secando nos varais dos bairros chiques da cidade, apesar de tudo.

La Porta, o presidente do Barcelona, contratou o arquiteto Norman Foster para reformar o Camp Nou (Campo Novo), que data de 1957. Foster quer que o estádio tenha “uma segunda pele inspirada nos trencadís do Park Guell, de Gaudí”, com estalido de cores, no caso, o azul e o grená. Diz La Porta: “[…] de la misma forma que el Camp Nou fue una joya arquitectónica que se avanzó a su tiempo, ahora, se proyecta hacia al futuro”.

Qual será o futuro da língua catalã com escritores tão cooptados e submissos como Susana Raffart, Joan Navarro, Gemma Gorga, Enric Sòria, que se negam ao debate público e a discutir, por exemplo, a “Carta no nacionalista”, de Mejías e Sibila?1

Como a língua catalã se “projetará ao futuro”? O maior prosador catalão vivo foi, até há pouco, o chileno Roberto Bolaño (1955-2003), e agora é Jonathan Littell, um nova-yorkino, nascido em 1967. Talvez os melhores poetas de Catalunha sejam os cubanos Rolando Sánchez Mejías e Pedro Marqués de Armas. De nada vale enviar 101 escritores medíocres e fâmulos para a Feira de Frankfurt, outra mostra das prioridades nazi-identitárias de Montilla (recorde-se que a Índia, quando homenageada, mandou 31 autores!). Há alguns poetas barcelonenses a serem ressalvados, como Iván Humanes Bespín, que entendeu que o século xxi deve ser o século da pluralidade e da tolerância, da riqueza da convivência entre línguas e nacionalidades, e não de retrocessos medievais marqueteiros, como o da elite política catalã, que não admite o castelhano, os imigrantes, o diálogo etc., com seu nacionalismo perigoso – verdadeira arma de destruição das massas catalãs. Não se compreende a Espanha sem o vasco, o catalão, o galego e o espanhol. Uma língua oficializada não vive, sobrevive às custas de melhores condições de vida dos próprios catalães. O Estado catalão (Generalitat), para retomar Bobbio, não está nas mãos do povo, como no Brasil de Lula da Silva (a maior fraude da história recente do país) ou na Venezuela do “Leoncito de Castro” Hugo Chávez. Ao menos, uma boa parte dos escritores brasileiros e venezuelanos não se deixa cooptar.

 

1: Cf. “Carta no nacionalista”, em Sibila, <http://sibila.com.br>.


 Sobre Régis Bonvicino

Poeta, autor, entre outros de Até agora (Imprensa Oficial do Estado de S. Paulo), e diretor da revista Sibila.